lunes, 11 de febrero de 2008

Dia de Lluvia en Cancún


Hoy en la ciudad de Cancún despertó el día muy triste (quizá extraña un amor) el cielo encapotado pintado de gris y con llovizna . Normalmente amo la lluvia, pero odio cuando llueve y tengo que salir a trabajar, entonces todo se complica; no hay taxis, las calles se convierten en piletas de agua estancada las cuales debes ir sorteando para no caer en esos fosos ocultos a la par que te debes cuidar de los vehículos que sin ninguna compasión pasan cerca de las banquetas salpicando en chorros por aspersión a todo transeúnte que se encuentre en su camino proporcionando un baño de lodo y suciedad. Sospecho que existe algún concurso perverso en el que gana puntos quien empape a mas peatones. No tengo duda alguna al afirmar que el intelecto del mexicano se diluye con el agua, pues el tráfico se condensa y se forman nudos de tránsito inconcebibles, ¡qué decir del paraguas! su utilidad consiste en hacerte creer que te cubre, en realidad este artefacto te mantiene confiado bajo la lluvia mientras te empapa todo el cuerpo salvo la cabeza (he ahi el engaño).

En el bello Cancùn durante las torrenciales lluvias suelen venir acompañadas con fuertes vientos provenientes de la brisa del mar, lo que casi siempre provoca que tu paraguas se voltee al revés; esto no sólo te deja vulnerable bajo el intenso chubazco, sino que además te causa un profundo sentimiento de humillación ante la mirada atónita y risona de los espectadores.

Otro tema similar a la lluvia es en cualquier época del año tratar de atravesar la calle con tacones y cargando tu bolso, el paraguas y la bolsa en la que guardas tu agenda y la pashmina o sweater para protegerte de la heladez del aire acondicionado en los interiores, los conductores lejos de dar el paso se avalanzan sobre ti a toda velocidad, aun cuando el semáforo esté en luz roja, ¿que es esto, acaso es una urgencia para marcar su poder?, es más, si cruzas una avenida y ves que viene un vehículo a lo lejos... éste acelerará para intimidarte y lograr que retrocedas en tu intento por llegar al otro lado... Agreguemos a esto la lluvia... esto me recuerda: "Por que la gallina cruzó el camino? Porque la dejaron pasar".

Creo que he mas que justificado el poqué de mi odio a la lluvia en Cancún durante los días de trabajo...